¿Un nuevo candidato creará volatilidad para las acciones de salud?
Los gestores de carteras Andy Acker y Dan Lyons explican por qué es poco probable que el cambio de candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos suponga una mayor incertidumbre para el sector salud.
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Aspectos destacados:
- A pesar del cambio de última hora en el candidato demócrata, no esperamos cambios significativos en las propuestas de políticas de salud para el resto de las elecciones presidenciales de 2024 en Estados Unidos.
- De hecho, por primera vez en muchos años, la reforma de salud a gran escala ha estado ausente de la campaña electoral, lo que ha reducido la volatilidad del sector.
- En nuestra opinión, la incertidumbre en torno a la economía, más que las elecciones estadounidenses, podría tener un mayor impacto en las acciones del sector salud, ya que los inversores podrían favorecer las cualidades tradicionalmente defensivas del sector.
La vicepresidenta Kamala Harris es ya oficialmente la candidata demócrata para las elecciones presidenciales de Estados Unidos de este año, en sustitución del presidente Joe Biden (que anunció en julio que no buscaría un segundo mandato); en este contexto, quizá los inversores en salud se pregunten cómo podría afectar el cambio de última hora a las perspectivas del sector.
Por el momento, creemos que la respuesta es que no afectará mucho.
Poco tiempo de preparación, política
Ha pasado poco más de un mes desde que el presidente Biden se retiró de la carrera presidencial de 2024 y respaldó a Harris para sucederlo. En consecuencia, la vicepresidenta ha tenido poco tiempo para presentar propuestas de política; de aquellas que ha anunciado la mayoría se centran en temas económicos candentes, como la asequibilidad de la vivienda y la inflación.
En el área de salud, Harris ha optado por centrarse en los derechos reproductivos, una cuestión que no repercute directamente en el mercado. También ha destacado los logros de la administración Biden, concretamente la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), que se aprobó en 2022 e introdujo cambios significativos en torno a la asequibilidad en Medicare, el plan de salud del gobierno para personas mayores. Entre sus disposiciones figuraban limitar los costes de la insulina a 35 $ al mes y limitar los gastos corrientes en medicamentos para las personas mayores a 2.000 dólares anuales.
¿Qué pasa con Medicare para Todos?
Lo que no se incluye en la campaña de Harris son las propuestas para reformar el sistema de salud de Estados Unidos, que elaboró durante su anterior candidatura a la presidencia en 2020. En ese momento, la vicepresidenta defendió un proyecto de ley que llegó a conocerse como "Medicare para Todos". La legislación propuesta, que Harris copatrocinó y adoptó (en una versión modificada) en el marco de su campaña, hubiera establecido un sistema nacional de seguro médico de pagador único en EE. UU. Sin embargo, el plan resultó polémico ante la preocupación de sus integrantes por los efectos que podría tener en las opciones de seguros existentes y por los costes a largo plazo.
En el momento actual, dado lo reñido que resulta la contienda, Harris parece reacia a apoyar políticas que podrían desanimar a los votantes indecisos clave. Así pues, su campaña ha tratado de centrarse en la IRA, que contempla la ampliación de los límites de insulina y de los gastos corrientes a todos los estadounidenses, no solo a las personas mayores.
También ha insinuado "plantar cara a las grandes farmacéuticas" a través de una de las disposiciones históricas de la legislación: la negociación de los precios de los medicamentos. En virtud de la ley, Medicare ahora puede negociar directamente el precio de los medicamentos más usados por los participantes del plan, una novedad en la historia del programa. Este mes se anunciaron los precios de los primeros 10 medicamentos; otros 15 se negociarán el próximo año y el siguiente, seguidos de 20 terapias adicionales cada año posterior. La vicepresidenta (junto con la administración Biden) ha comentado la posibilidad de acelerar el ritmo de las negociaciones, así como aumentar la lista de medicamentos candidatos a negociarse.
La política siempre tiene matices
Queda por ver qué consecuencias tendría esto en el sector. Este año, la industria farmacéutica salió de las negociaciones con lo que probablemente sea un éxito financiero manejable: la mayoría de los 10 medicamentos seleccionados para la negociación estaban a punto de enfrentarse a la competencia de los genéricos o ya habían sido rebajados drásticamente para optar a ser candidatos a formar parte del plan, lo que produjo solo descuentos incrementales.
De cara al futuro, el impacto dependerá de cómo las futuras administraciones decidan maniobrar con la nueva fórmula de Medicare. No obstante, conviene recordar que la política de atención médica siempre tiene matices. En virtud de la IRA, los medicamentos de moléculas pequeñas están exentos de negociaciones de precios en los siete años siguientes a su lanzamiento comercial, y los biológicos en los 11 años siguientes (los precios negociados no surten efecto hasta dos años después).
También se prevé que los límites de gastos corrientes ayuden a más personas a pagar sus medicamentos recetados, lo que podría impulsar la demanda y, por ende, los volúmenes de ventas. Además, un mejor acceso podría reducir la presión política sobre la industria farmacéutica, ya que habría menos pacientes agobiados por pagar sus medicamentos, un efecto que probablemente se multiplicaría si se aprobara el plan de Harris de ampliar los límites de gastos corrientes a todos los estadounidenses.
Ahora bien, en cuanto a los efectos a corto plazo, no creamos que veamos una mayor volatilidad en el sector salud como resultado de las elecciones, sobre todo al compararlo con años electorales anteriores. En todo caso, dada la ausencia de propuestas políticas radicales, y con la creciente incertidumbre en torno a la economía, los inversores podrían fijarse en el sector por sus cualidades tradicionalmente defensivas.
Esa tendencia podría estar afianzándose ya. Desde el 1 de julio, en un contexto de preocupación creciente por una posible desaceleración en la economía estadounidense, el S&P 500® Healthcare Sector1 ha generado una rentabilidad total del 7,3%. Por su parte, el índice S&P 500 ha ganado solo un 3,1%, mientras que el Nasdaq Composite Index se ha mantenido prácticamente plano (0,1%).2
1 El S&P 500® Health Care Sector comprende las empresas incluidas en el S&P 500 que están clasificadas como miembros del sector sanitario GICS® .
2 Bloomberg, a 23 de agosto de 2024.
National Association of Securities Dealers Automated Quotation System (NASDAQ) es un sistema de cotización informatizado de ámbito nacional para más de 5.500 acciones no cotizadas en Bolsa. El índice está compuesto por más de 4.800 acciones que se negocian a través de este sistema.
El S&P 500® Health Care comprende las empresas incluidas en el S&P 500 que están clasificadas como miembros del sector de atención sanitaria GICS® .
El índice S&P 500® refleja la rentabilidad de las acciones estadounidenses de gran capitalización y representa la rentabilidad del mercado general de renta variable de EE. UU.
Volatilidad mide el riesgo tomando la dispersión de rentabilidades de una determinada inversión.
Información importante
Los sectores de salud están sujetos a legislación estatal y a tasas de reembolso, así como a la aprobación de productos y servicios por el Estado, lo cual podría incidir sensiblemente en sus precios y disponibilidad; además, pueden verse notablemente afectados por una obsolescencia acelerada y vencimientos de patentes.
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