Las empresas de suministros públicos desempeñan un papel fundamental en la electrificación de la economía mundial
El gestor de carteras Nick Schommer analiza la transformación que se está produciendo en la energía ante la inversión de cara al futuro por parte de las empresas de suministros públicos.
Aspectos destacados
- La economía se encuentra en proceso de electrificación: la transición de la energía de combustibles fósiles a la electricidad en las tecnologías de distribución y uso final.
- Electrificación supondrá un cambio generacional en cómo producimos, distribuimos y consumimos energía.
- Las empresas de suministros públicos están realizando enormes inversiones en bienes de equipo y el crecimiento potencial del sector podría estar siendo infravalorado.
- La disrupción tecnológica será importante y la transformación podría no ser tan gradual como muchos esperan.
La transformación de la producción de energía, la distribución y el consumo ha comenzado, con la expectativa de que la electricidad —generada ahora cada vez más a partir de fuentes renovables— sustituya a los combustibles fósiles como la principal fuente de energía del mundo en las próximas dos décadas. En nuestra opinión, el impacto resultante para las empresas que componen el complejo de energía será generalizado e importante, especialmente para las empresas de suministros públicos.
Tradicionalmente un sector del mercado de lento crecimiento y bajo riesgo, las empresas de suministros públicos van a desempeñar un papel fundamental en la electrificación de la economía mundial. Así, está en marcha un ciclo de inversión de varias décadas que podría aumentar la eficiencia y la seguridad de los suministros públicos, beneficiar a los consumidores y, a la larga, impulsar un mayor crecimiento de los beneficios del sector.
La tecnología impulsa el crecimiento y la eficiencia
Los suministros públicos están iniciando un ciclo de inversión en bienes de equipo que se medirá en décadas, no años, mientras la electricidad se convierte en la principal divisa energética del mundo. Un largo camino de gasto en bienes de equipo debería permitir a estas empresas incrementar sus bases de tarifas, medida de los activos que determina los posibles ingresos. El ciclo de inversión en bienes de equipo se centrará en la mejora y ampliación de las redes eléctricas, incluido el paso hacia la generación de energías más renovables. Las infraestructuras obsoletas están siendo actualizadas por motivos de seguridad y protección, y las redes se están «reforzando» para reducir el impacto de las tormentas y desastres naturales.
La tecnología desempeña un papel importante en la eficiencia operativa de estas empresas, así como el desarrollo físico. Las aplicaciones digitales deberían reducir los costes de explotación y mantenimiento, al mejorar la gestión de la energía y las previsiones de producción, optimizar las cadenas de suministro y la productividad de los trabajadores y permitir un mantenimiento predictivo de la red, entre otras cosas. La tecnología puede ayudar igualmente en el diseño eficiente y la construcción de nuevas redes y centrales eléctricas. Las empresas de suministros públicos también están utilizando la tecnología de la seguridad para proteger sus ecosistemas de los ataques cibernéticos. Las empresas capaces de aprovechar la tecnología deberían beneficiarse de los ahorros de costes y mayor fiabilidad de y calidad de sus redes.
Los consumidores también se benefician
La ventaja adicional de la inversión en bienes de equipo es que beneficia tanto a las empresas de suministros públicos como a los consumidores. Gracias a las eficiencias que produce la tecnología, los costes de explotación y mantenimiento de estas empresas deberían reducirse, mientras que dispositivos como termostatos y aparatos de eficiencia energética ayudan a limitar los costes de consumo. En EE. UU., la reciente reforma fiscal también debería beneficiar al bolsillo del consumidor, pues se ha obligado a las empresas de suministros públicos a repercutir en los clientes los ahorros fiscales. El resultado debería ser un crecimiento de la base de tarifas y los beneficios para estas empresas, mientras que los consumidores estadounidenses verían un aumento de sus facturas de electricidad inferior a la tasa de inflación. En el caso de los suministros públicos regulados, esta accesibilidad es un factor clave, ya que las autoridades reguladoras han fijado un máximo a la rentabilidad que pueden obtener estas empresas y, por tanto, limitan los costes que pueden repercutir a los consumidores.
El nuevo sector de consumo básico de crecimiento
Las empresas de suministros públicos han cumplido su papel desde hace mucho tiempo en las carteras como inversiones defensivas que reparten dividendos. Son empresas que se benefician de una demanda constante y tienden a ser menos sensibles a la economía que otros sectores de actividad. Teniendo en cuenta la nueva inversión en bienes de equipo en el futuro, que puede producir un aumento de la base de tarifas, creemos que estas empresas deberían poder generar un excelente crecimiento de los beneficios, además de un rendimiento por dividendo constante, lo que se traduciría en una atractiva rentabilidad total. Además, el contexto prolongado de bajos tipos de interés ha sido un estímulo, ya que reduce el coste de capital de estas empresas. Juntos, creemos que estos factores hacen que el sector esté mejor posicionado que muchas empresas de productos de consumo básico, que adolecen de unos márgenes elevados y un deterioro del valor de marca, o incluso mejor que el sector salud, en el punto de mira del riesgo político y reglamentario.
Chart: staying focused on value
Fuente: El gráfico muestra la prima o el descuento de valoración del ratio precio-beneficio de las empresas de suministros públicos (utilities) con respecto al S&P 500 en diferentes contextos del rendimiento del bono del Tesoro de EE. UU. a 10 años. Goldman Sachs Global Investment Research, a 18 de octubre de 2019. El ratio precio-beneficio (PER) mide el precio de la acción en relación con los beneficios por acción de una o varias empresas de una cartera. La rentabilidad pasada no es indicativa de rentabilidades futuras.
Aunque creemos que el entorno de inversión seguirá siendo favorable para el sector, también es importante fijarse en los fundamentales de cada empresa que podría beneficiarse. Las empresas de suministros públicos han tenido un comportamiento extraordinario en los últimos años, al beneficiarse de unos bajos costes de capital y un aumento de la demanda de los inversores en un entorno de tipos bajos. Desde el punto de vista de las valoraciones, tanto absolutas como relativas, las empresas del sector cotizan a niveles elevados con respecto a sus medias históricas. Sin embargo, si el entorno actual de tipos bajos se mantiene o si los tipos bajan, las valoraciones parecerán más atractivas.
Como vemos en el gráfico de arriba, las valoraciones de las empresas de suministros públicos, basadas en el precio-beneficio, han cotizado con una prima con respecto al mercado de renta variable en general en entornos de tipos bajos. En cambio, cuando los tipos de interés suben, las empresas de suministros públicos tienden a cotizar con un descuento de múltiplos con respecto al mercado. También creemos que parte de la revalorización del sector se debe al mayor crecimiento esperado en el futuro.
Lógicamente, al invertir en el sector será imprescindible centrarse en las valoraciones adecuadas. La ejecución de los equipos directivos será fundamental para las iniciativas de crecimiento y para mantener bajos los costes de explotación y mantenimiento, con el fin de repercutir a los clientes las subidas de las bases de tarifas. Los equipos directivos también tendrán que sortear el complejo marco regulatorio al que se enfrentan las empresas del sector. Por tanto, creemos que un enfoque de inversión activo en el sector, centrado en la ejecución del equipo directivo, la valoración y la capacidad de generar flujo de caja libre resulta fundamental.
Las carteras gestionadas de forma activa podrían no producir los resultados previstos. Ninguna estrategia de inversión puede asegurar un beneficio o eliminar el riesgo de pérdida.
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