Vista rápida: La pregunta sin respuesta de la Fed, ¿Solo un salto o una pausa?
El director de Global Short Duration, Dan Siluk, explica que la convergencia de un estancamiento de los avances en materia de inflación y la incertidumbre en torno a las prioridades políticas del gobierno de Trump ha hecho que la Reserva Federal (Fed) de prioridad al componente de estabilidad de precios de su doble mandato.
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Aspectos destacados:
- El contexto de estabilidad laboral proporcionó a la Fed la ocasión para pausar su ciclo de rebajas de los tipos, al desacelerarse los avances hacia la reducción de la inflación a su objetivo del 2,0%.
- La Fed también ha tenido en consideración las posibles ramificaciones de la agenda política del gobierno entrante de Trump, ya que algunos aspectos son potencialmente inflacionarios.
- Hasta que no haya más claridad sobre el empleo, los precios, las prioridades de la administración y cómo estos factores van a interactuar entre sí, creemos que la volatilidad de los tipos se mantendrá algo elevada.
Si bien se esperaba que la primera reunión del Comité de Mercado Abierto (FOMC) de la Reserva Federal (Fed) de 2025 ofreciera pocas sorpresas, ya que los inversores anticipaban un orden establecido en cuanto a los tipos, las declaraciones vinculadas y los comentarios del presidente Jerome Powell dieron pie a gran reflexión respecto a la futura dirección de la política monetaria, en medio de un contexto económico en evolución e importantes acontecimientos políticos.
Interpretamos la declaración de la Fed como una continuación del giro hacia una postura dura que se produjo en su reunión de diciembre. Lo que reforzó esto fue la eliminación de las referencias a «avances en materia de inflación» existentes en la declaración anterior de la Fed. Esto por sí solo nos hace preguntarnos si la decisión de la Fed de no bajar su tipo oficial por primera vez en cuatro reuniones es un salto, lo que significa que las rebajas se reanudarán eventualmente, o una pausa, es decir, un escenario donde se concibe que este ciclo de flexibilización pueda haber llegado a su fin. Una pausa no debe interpretarse como que las subidas de tipos vayan a ser inminentes, especialmente porque el nivel actual todavía puede considerarse restrictivo.
Un sesgo en el doble mandato
Aunque algunos datos subyacentes, como las ofertas y las renuncias de empleo, han indicado áreas de debilidad en el mercado laboral, los datos generales de nóminas y la tasa de desempleo se han estabilizado en los últimos meses, si bien a un nivel aún bajo. Sin embargo, la resiliencia económica conlleva el riesgo de que resurja la inflación.
Los datos lo confirman, ya que el índice de precios del gasto en consumo personal (PCE) ha subido del 2,1% al 2,4%, y el indicador favorito de la Fed, que excluye los elementos volátiles que suponen los alimentos y la energía, subió del 2,6% al 2,8% entre junio y noviembre. En este sentido, un mercado laboral estable podría dar a la Fed la oportunidad de mantener el cambio hacia un enfoque en la inflación que adoptó en diciembre.
Atentos a la avenida de Pensilvania
El presidente Powell definió la postura actual de la Fed como «bien posicionada» para responder a futuros acontecimientos económicos. Una descripción más adecuada sería que se encuentran en el limbo. En lugar de limitarse a observar cómo el mercado laboral y los precios siguen ajustándose a los recortes anteriores de 100 puntos básicos (pb), el banco central no tiene más remedio que considerar las posibles ramificaciones de la agenda económica del gobierno de Trump. Si bien Powell fue discreto al afirmar que la Fed debe incorporar posibles cambios de política para cada gobierno entrante, no puede subestimarse la envergadura del impacto que podría tener en la economía la agenda del presidente Trump, si se toma al pie de la letra. Las áreas a las que hay que estar atentos son los aranceles, la política fiscal, la inmigración y la regulación.
Fijación de precios en medio de la incertidumbre
Si bien los mercados en general aceptarían bien los componentes favorables al crecimiento de la plataforma económica del gobierno, los aspectos decididamente inflacionarios (con posible poco potencial alcista) solo aportarían volatilidad adicional a las perspectivas de los mercados de tipos y renta fija. Los mercados, cabe señalar, ya han reaccionado, ya que la posible victoria de Trump estuvo detrás de la venta masiva de bonos del Tesoro de finales de año, a pesar de la expectativa consensuada del inicio de un ciclo de rebajas de los tipos.
De cara al futuro, si bien la retórica de la Fed puede enfatizar su dependencia en los datos y separación de la política fiscal, reconoce (especialmente después del estallido fiscal de la era de la pandemia) que no opera en el vacío y que las acciones (o reacciones exageradas) del gobierno pueden influir en gran medida en la trayectoria de su política.
Esperamos cierto grado de volatilidad en los tipos hasta que los detalles de las políticas del presidente Trump se articulen más a fondo. Los mercados prospectivos ya han dado marcha atrás en el número de rebajas de los tipos que esperan para 2025 y se espera que la cifra actual sea de dos rebajas de 25 puntos básicos. Consideramos que el tipo de interés oficial del 4,5% ya es restrictivo, dado que el PCE subyacente es del 2,8%. Mantener el orden establecido puede interpretarse como un voto de confianza en que los aspectos favorables al crecimiento de la política del gobierno de Trump van a prolongar el ciclo económico, al mantener (o aumentar) las tasas de crecimiento real, o como que la Fed considera que los aspectos más inflacionarios merecen una restricción continua.
Patrón de restricción
Dada la volatilidad prevista y las incertidumbres en torno a las políticas comerciales y la agenda económica del gobierno de Trump, es probable que surjan oportunidades para los inversores ágiles. La clave será seguir de cerca la evolución de la situación, tanto en términos de datos económicos como de anuncios de políticas, para navegar eficazmente por las aguas potencialmente agitadas de 2025.
Los inversores deben prestar especial atención al anuncio de la Fed de marzo, ya que proporcionará un resumen actualizado de las proyecciones económicas, lo que hará más visible la agenda económica del gobierno de Trump.
Aunque la curva de los bonos del Tesoro de EE. UU. ya no está invertida, los vacilantes avances en materia de inflación y la incertidumbre política nos llevan a creer que no es el momento de añadir duración. En cambio, creemos que el tramo corto de la curva es un lugar prudente para concentrar las carteras hasta que se aclaren las direcciones económicas y políticas.
Un punto básico (p.b.) equivale a 1/100 de un punto porcentual. 1 p.b. = 0,01 %. 100 p.b. = 1 %.
El índice de precios del gasto en consumo personal subyacente es una medida de los precios que pagan los habitantes de Estados Unidos por los bienes y servicios, excluidos los alimentos y la energía.
La duración mide la sensibilidad del precio de un bono a los cambios en los tipos de interés. Cuanto mayor es la duración de un bono, mayor es su sensibilidad a los cambios en los tipos, y viceversa.
El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) es el organismo del Sistema de la Reserva Federal que establece la política monetaria nacional.
Política fiscal: describe la política gubernamental relacionada con el establecimiento de tipos impositivas y niveles de gasto. La política fiscal es independiente de la política monetaria, establecida normalmente por un banco central.
Política monetaria: las políticas de un banco central orientadas a influir en el nivel de inflación y crecimiento de una economía. Los instrumentos de la política monetaria incluyen la fijación de los tipos de interés y el control de la oferta monetaria. La política flexible tiene como objetivo estimular el crecimiento económico mediante la reducción de los tipos de interés y el aumento de la oferta de dinero. La política dura tiene como objetivo frenar la inflación y ralentizar el crecimiento de la economía mediante el aumento de los tipos de interés y la reducción de la oferta de dinero.
La relajación cuantitativa (QE) es una política monetaria gubernamental utilizada ocasionalmente para aumentar la oferta monetaria mediante la compra de títulos del Estado u otros valores del mercado.
La volatilidad mide el riesgo utilizando la dispersión de las rentabilidades de un instrumento determinado.
La curva de tipos representa los rendimientos (tipo de interés) de los bonos con una misma calidad crediticia, pero con diferentes fechas de vencimiento. Los bonos con vencimientos más lejanos suelen tener mayores rendimientos.
La curva de tipos invertida se produce cuando los rendimientos a corto plazo son más altos que los rendimientos a largo plazo.
Rendimiento: El nivel de ingresos de un valor a lo largo de un periodo determinado, expresado normalmente como un porcentaje. Para un bono, se calcula dividiendo el cupón pagado entre el precio actual del bono.
Información importante
Los valores de renta fija están sujetos a riesgos de tipo de interés, inflación, crédito e impago. El mercado de renta fija es volátil. Cuando los tipos de interés suben, los precios de los bonos suelen bajar, y viceversa. La rentabilidad del principal no está garantizada y los precios pueden bajar si un emisor no efectúa puntualmente los pagos o su solidez crediticia se debilita.
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